miércoles, 2 de diciembre de 2009

Notas...


La realidad parece una pelicula plastica que se desgasta. Y con mucha atencion puede uno ver entre los agujeros de esta eplicula, tan insistidoramente pegajosa en nuestros ojos y nuestra piel.

La neurosis que infecta nuestra vista, nuestros recuerdos, cede en algunos momentos y somos liberados por una breve gnota a la bella e inmutable eternidad que nos trasciende a nosotros y a todo cuanto podemos conocer e imaginar.

Siempre esta ahi... siempre inmutable.

Nosotros, torpes pasajeros, nos mostramos terriblemente inconstantes, increiblemente blandos y cambiantes.
No tenemos mas que nuestro entender para limitarnos y solo con eso alcanza para encerrarnos y atarnos en un discurso seguro y constante que reflejamos en nuestra descripcion del tiempo, en nuestro terco no ceder nunca un palmo, un solo instante a algo mas que nuestra caprichosa manera de ver las cosas.

¿Que nos define aparte de nuestro propio mirar, sentir y entender? ¿Que nos ubica y nos define?

Nuestros actos nos definen, pero solo en el momento de ejecutarlos, porque luego de ese instante de rigidez en el cual tensamos por completo nuestro ser nos volvemos blandos nuevamente ante el eterno e indefinido ingravitar. Volvemos a la elasticidad y al amorfo modo de exisitr.






Recuerdos...


Recuerdos...


¿Que es un recuerdo?

Un recuerdo es una pequeña carga electrica, y ni siquiera eso, es la huella de una carga electrica dentro una cereza cubierta de pelos y ojos y dientes...


Y sin embargo son algo mas...    y la nada misma tal vez.


Son porciones hologramicas de una realidad anterior, que forma parte de un mundo perdido que necesitamos reencontrar para lograr, muchas veces, una confirmacion a nuestros actos, una justificacion que separe nuestro juicio critico del sinsentido, del absurdo al que este mundo nos arroja una y otra vez a cada instante.

¿Que separa, que distingue y diferencia los recuerdos de la imaginacion? Si tantas veces juramos que un sueño fue real, ¿Como podemos fiarnos de nuestro recuerdos?

Por suerte la realidad se define a si misma. Por suerte existen las marcas, las cicatrices, la memoria emocional que muchas veces es lo mas real con lo que contamos.

Porque sin importar cuantas veces o cuanto pongamos nuestras pupilas mojadas a repasar mojados recuerdos y recapacitar sobre nuestros actos pasados, esa certeza que nos brinda la alegria, el tomar su mano, el beber de sus pupilas, el jubilo, la alegria y el terror, simplemente es mas fuerte que cualquier conviccion mental.

Una vez que uno se encuentra solo corriendo en la oscuridad, o en la cima de una terrible y hermosa montaña de luz, uno no necesita ni de la luz ni de la oscuridad. No necesitamos nada mas ante la esencia de la semilla ya germinada en nuestro pecho. Respondemos primariamente de modo automata. Uno de los pocos momentos en que no nos valemos de hologramas, de realidades fragmentadas.

Todo cuanto podamos opinar se hace bruma ante la espuma de la emocion.

Luego viene el momento de pesar, de medir, de calcular, justificar o invalidar, pero son todos vicios y mecanismos innecesarios que tan solo nos gusta usar. Porque en un primer momento no hubo necesidad de nada de eso para ser reales.

A veces pienso que las enseñanzas de la vida deben ser medidas y juzgadas por esa vibracion, por su intensidad, por las sutilezas del nuevo color al que se torna a cada instante. El resto son detalles.

Ese manto de pequeñas, hermosas, unicas e irrepetibles situaciones que uno va tejiendo con sus actos es lo unico que nos queda al final del viaje.

Todo lo demas se esfuma.

Las ideas, con todas sus insondables profundidades, pertenecen a lo material del mundo. Porque se ven proyectadas solo de este modo, solo en la materia.

Al momento de enfrentarnos a nuestra muerte no nos agarramos a nuestras ideas.

En ese momento tan intimo con nuestro propio existir nos aferramos al manojo de emociones que somos capaces de remomorar y que no queremos abandonar.

Cuando encuentro algo que eleva mis ciclos, no me gusta desperdiciar la enseñanza.




Hermástico

No hay comentarios:

Publicar un comentario