miércoles, 18 de noviembre de 2009

Dorrego

La emisora de radio quedo en silencio y Lucas tuvo, accidentalmente, un momento en blanco, una chance de reentender. Noto, en una primera instancia, que habia perdido el encendedor.


Tambien se dio cuenta de que el cafe estaba frio y de lo incomoda que era, visualmente, la cocina. Pero una esperanza pasando por la ventana con una piedra verde hizo que atropellara su mirada contra la tabla derviche que regocijaba su colorida existencia en la pared blanca.
 De pronto Lucas sintio un golpe en la frente y la imagen se desenfoco llenando de nubosas y coloridas formas todo cuanto podia ver.


Ahora bien, en una primera impresion eran, estas formaciones, carentes de sentido alguno. Pero luego noto con sorpresa que, en primer lugar, estaban en constante movimiento.
 En segundo lugar, cada posicion determinada de cada una de las nubes era coherente con la totalidad del resto de los componentes y hasta parecia tener sentido su misma existencia.

Un poco del involuntario, muchas veces, pero automatico e inevitable analisis interpretativo, y otro poco de la cerveza que acababa de terminar , hizo que Lucas lograra un cambio de esta vision hologramica, de este velo que anteponia su expresion entre el mundo y su mirar.

Lucas creyo ver un rostro... al instante otro mas alla... cerca de las pestañas...
Lucas sintio miles de caras pasar por sus parpados, sombreros tomando cafe, pilotos apoyados sobre la parada, pipas levitando sobre los bancos de las plazas, correas que paseaban correas... camisas colgadas al sol...
Vio velas que ardieron todas de una vez en una sola noche, vio inocencias perdidas entre pasos de gigantes, vio los insondables misterios y peligros que el mundo esconde, vio el nervio de lo eterno y sagrado.

Lucas vio un buey esperando hasta morir por un reverdecer que el pasto nunca sintio, un tren dormido en una via muerta, una nota de clarinete que nunca llego a los labios esperando a que su silencio acabara.
Lucas vio que el suelo estaba cubierto de semillas que nunca llegaron a humedecer.

Una vez mas, la madera impacto directamente en sus corneas, con toda su azul existencia. Por suerte encontro una excusa y se acordo que acababa de quedar desprovisto de oregano y nuez moscada, por ende se decidio en ir de compras.



¿Como describir ese momento sublime en que uno siente el contacto suave en los pies, esa caricia fibrosa pero blanda, esa infinidad de tendones arqueando gracilmente su existir?
Una vez en la calle, todo se volveria sinuoso y confuso, pero increiblemente armonioso.


Ese primer contacto con el pavimento fue tan renovador como siempre lo habia sido, y esto le daba cierta confirmacion de las cosas.
En menos de un segundo cayo surfeando la Dorrego.

A toda velocidad, en ese mismo momento doblaba un bondi...


(Nota del Manual de Instrucciones: Leer escuchando "Deep in it")

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