sábado, 2 de enero de 2010

Inspiracion

(Este relato es viejo, lo encontre por ahi, revolviendo mis cajones. A diferencia de todos los otros, este me gusto. Tiene esa fascinacion que le veo a las cosas. Asique se me ocurrio mostrarselo, ya que tiene una esencia particular. Ahi se ven, gente. Espero les agrade)


Maria lo sentia venir. Cada cosa que veia lo confirmaba. Ahi venia. Desde adentro se sentia venir. Desde adentro cabalgaba por las costas de la mente.
Escalones y parquet. "Sigue el camino amarillo", el picaporte dorado, el ojo de la cerradura, la taza de las ultimas vacaciones, la guitarra y los sillones deco que tia Jacinta le habia regalado. Ahi estaba. Listo para salir. Con las ultimas fuerzas Maria logro agarrar a duras penas la lapicera (la computadora estaba apagada, no habia tiempo).
Por fin llego el regurgite, por fin la nausea inundo con una oleada la garganta.
Como un eructo de palabras, Maria empezo a escribir de golpe. Salian con presion, una tras otra, como una moderna instalacion industrial. Algo estaba mal. Algo estaba desesperadamente mal.
La hoja estaba llena de humedad tras las ultimas lluvias, y mientras escribia iba perforando minimamente cada vez que una jota se aparecia en el camino.
La lapicera se le pegaba a la mano, no la dejaba escribir en paz. De fondo el CPU titilaba ese ojo sin parpado, justo arriba del boton de encendido.
Maria no dejaba de vomitar palabras una tras otra, mientras las hojas ya se despedazaban en sus manos. Pero no podia verlas, estaba en medio de su propia marea de vomito, estaba en un trance.
Los pedacitos de hoja volaban por toda la habitacion, asaltaban el escritorio asustado por la mirada desenfocada. Sus manos describian el acompasado baile extendiendolo a todo lo que la rodeaba.
Subitamente llego al borde de la hoja, luego del escritrio, luego llego al filo del aire. Ahora las letras empezaban a juntarse en pequeños grupos, otras formaban grandes tapices multicolores. Un verbo salio volando por la ventana y fue a parar a las flores del baclon del vecino, quien mientras las regaba, no pudo mas que esbozar una sonrisa. Todas las palabras perfumadas dieron cotra el puestito del florista de la esquina y en las naranjas del frutero.
Las descripciones mas fuertes alcanzaron el sol, subieron por las paredes del edificio donde vive Gabi, llegaron a las cornisas, se acostaron en su cama, en su pecho, mientras el dormia la mañana con su ritmico respirar.
Maria se quedo sin tinta luego de la tercer hora de escritura. Solto la lapicera (era absurdo seguir blandiendola en el aire) y siguio con el dedo. Sus palabras habian adornado ya varias cuadras a la redonda. Algunas viajaron aun mas lejos, ya que las que se habian metido en los apios habian viajado como quince cuadras y ahora se dividian y mezclaban entre si formando palabras nuevas. Fresco y nutritivo se habian cercenado, volviendose a rico y otras por el estilo. Ya todo el brazo de Maria estaba escrito. Habia logrado llegar hasta la plaza que estaba mas alla (pasando las vias) cuando hizo una breve pausa. De pronto ya no habian mas cosas que escribir.
Maria respiro hondo y se dejo caer al espacio vacio de su habitacion. Ya todo estaba dicho. Simplemente sonrio feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario